
Sé que puede parecer contradictorio, pero en mi vida se han simultaneado cosas que, en la de otros, han permanecido en compartimentos estancos. Disfrutar con el Garaje de las bandas sesenteras, y también con Garajeros: Una bitácora ya cerrada y detenida en la blogosfera, firmada por unas misteriosas iniciales, que contiene una maravillosa colección de automóviles en miniatura (esas máquinas, una vez prodigiosas que, en palabras del autor, han llegado a convertirse en la mayor y más peligrosa de las necesidades creadas). La premisa de cada fotografía es NO a la manipulación digital, y están acompañadas de la parodia de anécdotas ultrapijas, como corresponde a semejante cochera de clásicos. En U.S.A. quizá sea más fácil encontrar alguien fascinado, a la vez, por el rock y los classic cars (el ejemplo más evidente es Chaky, ósea Neil Young), pero aquí no podemos desprendernos de los prejuicios infligidos, durante años, tanto al rock como a los automóviles clásicos: el rock era underground y los coches de época unattainable
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