domingo, 21 de noviembre de 2010

Freedom



Los energúmenos del Tea Party americano han criticado a Obama por haber leído Freedom, la última novela de Jonathan Franzen.


Este tipo nacido en Chicago, criado en San Luis y habitante del Upper East Side Neoyorquino describe, con la precisión de los Story Tellers de Hollywood, la suerte de unos personajes circunscritos a la clase media estadounidense, aunque esta sea tan amplia como para albergar desde ultraconservadores hasta potenciales revolucionarios, y depositaria, además, de esa libertad que reclama el fenómeno populista.

En el libro aparecen barrios parecidos a Wisteria lane, familias parecidas a esas que, tan sarcásticamente, retratan los guionistas de la Fox en series como Mujeres desesperadas o Modern Family; pero aquí no se puede culpar a la sexualidad de Marc Cherry del vitriolo vertido sobre la heteronormativa: Franzen es un Straight Citizen constatando la descomposición de su sociedad más allá de sus preferencias sexuales.

Si le perdonamos la incapacidad de desvincularse del trauma post 9/11, o la única forma posible de Happy Ending (love always tear us apart, but not forever), resulta una novela más instructiva que un tratado sociológico; como la Bovary o los Karamazov para sus respectivos lugares y países.

Las enseñanzas, aun, son extrapolables al resto de occidente, de modo que aquí, en España, podemos encontrar el mismo enconamiento frente al rival político, la misma dificultad para ser auto indulgentes, o limitar la auto indulgencia cuando al fin la conseguimos. Y, por supuesto, el estupor: el pasmo de todo el mundo frente a lo que ocurre y no comprendemos ( nosotros, que nos creemos divinos, ya no somos capaces de soportar la ignorancia o la incertidumbre).

Los grandes narradores no construyen caracteres malos ni buenos. Los buenos autores no juzgan a sus personajes, pero lo hacen severamente con sus acciones; y eso, es lo que no soportan los del Tea Party ( o los del Café Guateque): que no se puedan ir de rositas, en nombre de su sacrosanta libertad.