lunes, 28 de junio de 2010

Al pelo


Compruebo, con entusiasmo, como se aborda la teoría del decrecimiento cada vez más en serio; como podría convertirse en lo único que crece en el desierto ideológico contemporáneo; como podría ser una rendija de luz al final del túnel. Sin embargo, mucha gente sabía de la existencia de esa puerta. Los visionarios eran una vieja tribu contracultural: los hippies.


En agosto de 2008, en los albores de la presente crisis, escribí una entradilla que viene al pelo en un contexto de objeción al crecimiento: concepto clave de la vanguardia política actual. Ellos no sabían cómo acometerlo; nosotros vamos teniendo una ligera idea.

martes, 22 de junio de 2010

Sin dolor no hay gloria


    Experiencia inolvidable es una expresión tan manida como contundente, pero muy útil para expresar mi estado de ánimo. A la vuelta de la Vía Láctea he comprendido que la gloria, estampada en las camisetas de recuerdo o en el pórtico de entrada a la catedral, es tan real como el dolor que provoca la tendinitis en las piernas de los asombrados peregrinos que, procedentes de todo el mundo, desembocan en la Plaza del Obradoiro. ¿Cómo se puede olvidar haber vuelto a tener treinta años, aunque solo sea por quince días? ¡Y con el bagaje de los cincuenta y tantos intacto!


La última vez que me asomé aquí, lo hice desde algún lugar de las montañas astures, mientras se me derretía el cielo sobre la capa pluvial. Describía entonces a los insólitos personajes que, como en la vida misma, habían ido apareciendo y desapareciendo a lo largo del camino. Ahora le toca el turno a aquellos que, como en la vida misma también, te acompañan hasta el final: La ovetense que vi el primer día, pero no conocí hasta el tercero, dejándome una huella indeleble. La políglota berlinesa con su dulce francés. El riojano andarín, que vivía al borde mismo del camino. El estudiante milanés, brillante dicharachero. El juez muniqués más generoso del mundo. El madrileño de las rodillas dolientes que soñaba con la meta; y el valenciano, colega de profesión y de risas. A todos ellos les debo dos semanas que siempre voy a contar entre las mejores de mi vida, y yo espero quedarme tambien en algún apacible rincón de sus memorias por mucho tiempo.

jueves, 10 de junio de 2010

En el Camino

Atrapado en medio del 2º diluvio universal. Ha empezado en Asturias, como la reconquista, y a mi me ha pillado sin arca. Por no tener, no tengo ni paraguas, ¡con lo que ocupa en una mochila!.
    En medio del Camino, ya he conocido a peregrinos modelo, de los que vienen ataviados del medievo y dispuestos a extenuarse. Mathieu, un bretón andarín, que se dice dispuesto a bajar hasta Lisboa, tras alcanzar Compostela, y después volver "parriba" por el portugués ¡una máquina!. Andrew, un californiano que se va enterar que es eso que nunca cae al sur de California. María, una abuelita vasca que parece una adolescente. En fin, que empiezo a creer en la mística sanatoria de la vieja peregrinación. Lo cierto es que me lo estoy pasando como los indios...¡Y hablando de indios! se me olvidaba otro francés que apareció hace un par de días, asegurándonos que iba a darle la vuelta al mundo a pie, antes de ingresar en la legión extranjera, que él consideraba la española, claro, de la misma manera que nosotros pensamos que es la francesa. Habría que preguntarle a Gary Cooper, cuando arrastraba por el Sahara a Marlene Dietrich y una cabra. ¡ Hablando de cabras !..A buen entendedor pocas palabras bastan.