Cuando la otra noche me arrolló la corrección política, entre algaradas y vehemencias, aparecieron los hippies; esas criaturas que caminaban (de verdad) por la 3ª vía, y que fueron rápidamente abducidas para evitar que proliferaran y dejaran a las otras dos (vías) desiertas, desnudas e improductivas. De hecho fue una de las integraciones en el sistema más rápidas de todas las sufridas por cualquier manifestación contracultural. En su contra jugaba el contexto, económicamente muy activo en el seno de la sociedad que los parió. Tanto si los vemos como los protagonistas de la "movida" que estalló en San Francisco el verano de 1965, como si pensamos en ellos como la vanguardia de la generación que amalgamó la revolución sexual, el pacifismo, la experimentación con sustancias psicotrópicas, y la militante complicidad del mundo de las artes en general, y de la música en particular, tenemos que admitir que los hippies eran, fundamentalmente, norteamericanos.
Los asistentes a las fiestas, como la que aparece en la película de Kubrick "Eyes Wide Shut" ( que pueden encarnar, a lo largo de la historia, desde los templarios y masones hasta los presidentes de los consejos de administración más importantes del mundo), no podían consentir que unos "mocosos" los desenmascararan, de la misma manera que hacen ellos con el personaje del doctor interpretado por Tom Cruise, pero en el ámbito planetario, y con la ayuda de la milenaria filosofía oriental o el ácido lisérgico procedente del cornezuelo de centeno. Así es que decidieron actuar con todas las armas en su poder, encabezadas por la más potente de todas: los medios de comunicación de masas. Por una parte no tuvieron ningún reparo en imitar, y desvirtuar, los aspectos más inocuos de su forma de vida ( sus vestidos, sus iconos y todo el "arte" que inspiraron se convirtieron en un negocio impresionante), y por otro bombardearon con toneladas de miedo y prejuicios a las atónitas generaciones precedentes. Había que parar como fuese a los que se atrevían a gritar:" Cours, camarade,le vieux monde est derrière toi", "Soyons réalistes, demandons l’impossible", "Prenez vos désirs pour la realité".
Me emociona tanto esta triste y fascinante historia que habrá que convertirla en una serie por entregas.
À demain.
PD: ¿Que había en el valle?
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