Saco la varita de Bellatrix Lestrange (ver VÊRITÂS) de la guantera, apunto hacia la página 11 de la revista de verano del PAIS, con fecha 23 de Agosto de 2008, e inmediatamente, el texto se modifica: "Doña Leticia se somete a una operación de (cirugía estética) nariz. La princesa sufría, según la casa del rey, (problemas de autoestima con su nariz aguileña) problemas respiratorios ocasionales". Cuando quiero repetir la operación con el ejemplar de ayer; esta vez con un artículo sobre un hermano paupérrimo del candidato demócrata a la presidencia de U.S.A., la varita se antropoformiza y me dice, muy seria, que no puede hacer nada con el texto: "No hay ninguna falsedad, solo infamia" me espeta.
Yo pienso que la 2ª acepción de la palabra infamia, según el diccionario de la Real Academia, la tengo clarísima en ese contexto; pero la primera me confunde: ¿Descrédito, para quien? ¿Para el partido demócrata, para el propio Obama, para todos los norteamericanos?
¿En que sección de este blog encaja mejor esta entrada? ¿En Vêritâs o en hipocresía?
Yo pienso que la 2ª acepción de la palabra infamia, según el diccionario de la Real Academia, la tengo clarísima en ese contexto; pero la primera me confunde: ¿Descrédito, para quien? ¿Para el partido demócrata, para el propio Obama, para todos los norteamericanos?
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