domingo, 31 de julio de 2011
Vientos de cambio
Soplan vientos de cambio. Y no me estoy refiriendo a ninguna figura literaria simbólica, de las que podríamos encontrar unas cuantas bastante evidentes, sino al más puro meteoro.
En las playas mediterráneas podemos apreciar, este verano, unos vientos persistentes que proceden del este. Son vientos cálidos y amables que, sin perturbar demasiado, tienen un comportamiento bastante errático (rolan en tiempo record o aparecen y desaparecen con inusitada rapidez). Yo creo que el hijo de Hípotes, y nieto del Eolo Helénida, también llamado como su abuelo, es otra víctima de la tragedia griega más actual. Para mí que le han debido recortar demasiado el sueldo, si es que aún conserva su trabajo ancestral de cancerbero de los vientos y, claro, le trae al fresco lo que hagan sus prisioneros. El problema puede estar en que la situación afecte a todo el Olimpo, porque ¿Dónde vamos a encontrar, entonces, el deus ex machina necesario para arreglar todo esto? Siempre nos quedarían las otras mitologías, aunque las nórdicas sufran el desprestigio reciente del caso Breivik; o los Dioses con mayúsculas, los de los grandes altares en solitario; pero estos suelen resolver de maneras demasiado expeditivas para mi gusto (véanse las cruzadas)
Los del Tea Party americano o los del PP español siguen empeñados en adjudicarle el papel a los mercados, sin tener en cuenta la enorme secularización de esa deidad hipermoderna e impotente en los últimos tiempos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
nos vamos a Bugarach o esperamos tranquilamente que todo pete??????????? la verdad me quedo en casa
Publicar un comentario