domingo, 6 de octubre de 2013

Inercia histórica


    Ayer tuve la oportunidad de visitar la exposición que se inaugura para el gran público el martes, día 8,  en el museo del Prado: Velázquez y la familia de Felipe IV.
      De los 29 cuadros que reúne la muestra, pintados por el maestro sevillano, realizados en su taller, o pintados por sus sucesores como pintores de corte Martínez del Mazo o Juan Carreño, el que más me impresiono fue este “Carlos II como gran maestre de la orden del Toisón de oro”.


   
   A pie de cuadro había un comentario que alababa la habilidad de Juan Carreño para exponer  el contraste entre la figura patética y desvalida de aquel desgraciado monarca y el boato de sus ropajes, todo ello en un momento especialmente delicado de la decadente monarquía española, que llevó a la extinción de la dinastía de los Habsburgo y la ascendencia de los Borbones al trono español.
    Viendo la cara enfermiza de aquel pobre diablo, enmarcada por los oropeles de su atuendo, no pude más que pensar:” De aquellos polvos estos lodos”, y me convencí, aun más, de lo absurdo de la institución monárquica, por mucho que ahora nos la quieran vender por  su exclusivo carácter de alto funcionariado y supuesta neutralidad ideológica.         


No hay comentarios: