martes, 16 de junio de 2009

Un coche bestial


    Considero la ilustración incompatible con la superstición. No creo en lo sobrenatural, veleidades (o experiencias reales) espirituales aparte, ni en fantasmas que no sean EEC (elementos emocionalmente competentes), es decir que no sean el recuerdo pertinaz de alguien importante en tu vida. Todas las güijas de este mundo tienen explicación, y las que no la tienen están en alguna dimensión aun inexplorada. Cuando se mueve el vaso, en medio de un círculo de letras, es debido a la inercia de la energía inconsciente que aportan los celebrantes. Si se puede levantar a una persona gruesa, como si de un peso pluma se tratase, se debe a la misma peregrina razón…

     Pero… el único coche que protagonizó, en mi familia, una tragedia (afortunadamente sin víctimas) tenía el número de matrícula 66600. Era un SEAT 124, de color beige, que acabó quemado en la cuneta: Por suerte, mi padre pudo salir de su interior antes de que el fuego se propagase y acabara completamente con el auto. Cada vez que pienso en el asunto me digo que sí creo en las casualidades, pero no puedo evitar un ligero escalofrío. 

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