domingo, 5 de julio de 2009
¿Ha muerto alguien?
Al borde de la inanición, me dispongo a nutrir esto como sea. Menú frugal y fresco porque, en verano, prefiero estar en la calle antes que en el Cyber, esa realidad consensuada que se inventó William Gibson en su cuento Burning Chrome.
A partir de la noche de San Juan se apodera de mí una somnolencia fomentada por el batir de las olas a la puerta de casa. El pregón de los fruteros ambulantes se mezcla con las campanadas del reloj de la iglesia y el chiflo: la flauta de Pan del afilador, que ha sido sustituido por una grabación. La bici tiene un altavoz, situado sobre el manillar, que amplifica las tonalidades consecutivas (de grave a agudas y viceversa) de este silbato de caña. Aun así, con el megáfono delante y el esmeril mecánico detrás, este vehículo es más útil para viajar en el tiempo que el DMC DeLorean de Doc, el científico loco amigo de Marty McFly en “Regreso al futuro”.
Hace unos años se publicitaba a la costa Dálmata como el Mediterráneo tal como era, pero La bañera de Ulises tiene un punto de eternidad en cualquier esquina. ¡Dulce verano!
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2 comentarios:
¡pues claro que lo hizo!
Un día cualquiera deberiamos hablar a la cara...¡Si eres hombre!. Ya no voy por "allí", así es que va ha tener que ser en terreno neutral. Un abrazo.
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