lunes, 7 de septiembre de 2009

Política 3...O las ramas del guindo.


En cierta ocasión, hace mucho, mucho tiempo, milité en un partido político. Lo hice, exactamente, durante tres meses y, supongo, fue uno de esos ataques de culpa que me atormentaban cuando se disparaba la distonía a niveles patológicos. Sea como fuere, recuerdo que contribuí a la mudanza de la sede provincial a un lugar más céntrico y más pintón; más acorde, en definitiva, con los tiempos de protagonismo que se avecinaban. Estábamos en 1976 y aun no concebíamos la política como una profesión (degradada hasta la infamia), sino una especie de voluntariado salvífico y mesiánico; después de todo los únicos políticos que conocíamos eran autoridades fascistas, nepóticas y enchufadas. En la primera reunión, mantenida con el síndrome de los primeros cristianos, no me enteré de mucho..excepto de lo fundamental (gracias a dios): El odio que le profesaban a quienes, militando en otro partido afín, podían disputarle la poltrona, era más que premonitorio. Me pregunto qué habrá sido de aquella gente que no cesaba de hablar de estrategias; pero no para reinstalar la democracia perdida, sino para derrocar a quien pudiese hacerle sombra en su prometedor futuro. Seguramente serán consejeros autonómicos o diputados nacionales
Encaramado, todavía, en las ramas del guindo, me di de baja porque no pude soportar la incoherencia que, para mí, suponía militar entre los valedores de la libertad, la igualdad y la fraternidad; considerándome un egocéntrico individualista. Cuando la rama se rompió, me dolió mucho menos el golpe que a ellos su conciencia…¡Ah…que no tienen!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Exacto. En realidad militabas en esos partidillos políticos porque estabas harto de tus amiguetes del instituto y te pensabas que con un lenguaje más enriquecido y redactando ponencias tu vida se enriquecería, pero al cabo de tres meses y unos segundos dabas el piro hacia el existencialismo más puro, bostezando tras la lectura del primer punto del orden del dia.

Que tiempos aquellos.