La foto, que publica el diario El País, del balcón del ayuntamiento de Valencia no tiene desperdicio. El buen hacer de sus fotógrafos capta siempre el epicentro de las situaciones. Por supuesto, cuando se masca la tensión en una escena, suele mascarse el tiempo suficiente para que cualquiera pueda retratarla sin ser precisamente un lince (animal veloz donde los haya); pero un fotógrafo excelente dispara justo en el momento preciso. La instantánea que aparece publicada en la página 19 del diario es un gran ejemplo: Aunque el dedo de Rita Barberá hubiese estado mucho tiempo en sus labios, tratando de ocultar la mala educación de sus parroquianos, de la cual ella es bastante responsable; la caída de los párpados de María Teresa Fernández de la Vega, subrayando su gesto adusto, habría sido más rápida. La carita rechoncha de la minifallera, a la derecha, refleja la muchedumbre vocinglera que abuchea a quien se ve en la obligación de ponerlos en su sitio. “ Ustedes han vivido por encima de sus posibilidades, aceptando el festín de migas que caían de la mesa de los poderosos, sin preguntarse el origen de las viandas”; parece decirles la vicepresidenta.
Como la fotografía es muda, yo he sacado la varita mágica de su estuche y la he acercado al periódico.
- ¡ Mamelucos!. Como vamos a ganar las próximas elecciones con la fauna (o la flora, si atendemos a la letra de la conocidísima canción de Agustín Lara) de este país. (Fernández de la Vega, sin pensar ni por un solo momento en lo mal que lo estan haciendo ella y su gobierno)
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