martes, 5 de mayo de 2009

¡ Pitas, Pitas!


A veces pienso que nosotros no pertenecemos al grupo de los primates, sino al de las aves (y por ende al de los dinosaurios). La última vez que se me ha cruzado la idea ha sido esta mañana, leyendo la página de opinión en El País.

    Por su parte Adela Cortina, en su artículo Economía sin ética, afirma que “Una empresa inteligente…no abandona el mundo de los incentivos, de la búsqueda del beneficio y la viabilidad, sino que trata de lograr su beneficio a través del beneficio compartido”… ¿Gorriones y palomas acudiendo en tromba a las migas que dejan caer los verdaderos usuarios del festín?

    Joan F. Mira, por la suya, dice que…”En el País Valenciano parece que la realidad no cuenta, al lado de la propaganda: La realidad ha perdido todo crédito comparada con la alucinación. Retrocedemos en casi todo, hasta en la ética y la estética, mientras la propaganda afirma que avanzamos ejemplarmente y sin cesar”; en una divertida diatriba (¿o no?) contra los gobernantes de aquella comunidad… ¿Avecillas confundidas por espantapájaros varios?

    Y por supuesto ahí está  el diccionario de sinónimos, donde podemos encontrar Granuja, Astuto, Ladino y Pillo para sustituir a Pajarraco.

    Lo dicho. En lugar de contar con Lucy (aquella ilustre hembra de homínido que vivió en lo que hoy es Etiopía hace unos 3 millones de años) entre nuestros antepasados, vamos a tener que poner a Dino (la mascota de los Picapiedra) en el árbol genealógico. 

No hay comentarios: