viernes, 29 de mayo de 2009

Señoritos


    Nadie comprendía el perfume de la oscura magnolia de tu vientre. Nadie sabía que martirizabas un colibrí de amor entre los dientes.

 

 

    La belleza de este puñado de palabras encadenadas no la cambia el hecho de que los restos de su autor estén sepultados en uno u otro lugar. Independientemente de la ubicación de su tumba, Federico García Lorca era un gran poeta, un ser excepcional, brillante y comprometido con la noble causa de una sociedad justa…pero también era un señorito, y las familias de los señoritos conservaban, en agosto de 1936, el suficiente poder como para recuperar el cadáver de su vástago, fusilado en una cuneta cualquiera, y enterrarlo “como Dios manda” junto a su estirpe…¿O no?

    Por ahora nos vamos a quedar con la gana de comprobarlo. Un Juez de Granada acaba de paralizar el proceso mediante el cual iba a ser abierta la fosa donde yace, supuestamente, el poeta. Los jueces, aunque pensemos lo contrario, tienen ideología; y casi siempre la misma.     

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues muy a pesar de ganarme enemistades de ultratumba, creo que Federico y su fantasma deberían ser enterrados muy al fondo y desterrados de la memoria, así como todo cuanto tuviera que ver con los tenebrosos tiempos de la guerra civil.

Ya basta.

No siento ninguna simpatía por su figura, por más rojo e intelectual que fuera, ni me siento atrapado por su poesía, que me parece fruto de una sociedad arcaica y bestial. Tan obsoleto era él como quienes le fusilaron; amante de las corridas de toros y de la España cutre que disfrazaba sus miserias con mantilla y aromas de jazmín.

Que en paz descanse, y si es posible para siempre.

Pink Freud dijo...

Entonces estarás de acuerdo conmigo en que, lo mas probable es que no esté en el barranco de Viznar, sino en el panteon familiar...desde el principio.

Saludos...y bienvenido de nuevo.

Pink Freud dijo...

De todas formas no es bueno sacar las cosas de contexto. Yo, aunque no soy muy bueno apreciando poesía (por desgracia), considero los sonetos del amor oscuro (por ejemplo) muy hermosos. Eso al margen del contexto donde se produjeron: esa España arcaica que rechazo tan visceralmente como tu; y eso que procuro que las vísceras no se mezclen en mis razonamientos.