jueves, 29 de abril de 2010

Lodo

Paseando por Las Alpujarras del este granadino, las mismas de la guerra entre cristianos y moriscos, encuentro los destrozos de las lluvias del invierno; lodazales arrastrando los bancales de cultivo y las acequias de regadío; metáforas elementales de nuestra pregonada idiosincrasia. De aquellos polvos estos lodos: El lodo de los pañuelos en la cabeza de niñas enconadas, el barro de las transiciones imperfectas, el fango de los políticos corruptos, el cieno de los gobernantes inútiles, el limo de los nuevos ricos empobrecidos de repente, el légamo de la tirria (no es una errata) acumulada.


¿Hasta cuándo? Da la impresión de que, más allá de idiosincrasias particulares, todo el planeta se posiciona en dos polos enfrentados: Uno, equivocado, considera que no podemos desviarnos ni un milímetro del camino a la debacle (esperando que los nuevos dioses financieros nos ofrezcan una honrosa salida); el otro, desconcertado, espera que la providencia ejerza su poder y nos saque del atolladero. Entretanto, ninguno da su brazo a torcer (faltaría más, no sea que la fractura nos deje tullidos) y sabe, perfectamente, hacia donde nos dirigimos en realidad (todos hemos visto La Guerra de las Galaxias)…Y no es precisamente a la conquista del espacio, sino a la implosión de la libertad para poder sobrevivir. ¿Es posible una moneda mundial, y una autoridad mundial, sin un aparato coercitivo mundial?. No. ¡Que miedo!

sábado, 17 de abril de 2010

Cenizas


Sospecho que son las cenizas de Ícaro las que ensombrecen los cielos de Europa estos días, pero aun más ensombrecen los planes de los nuevos Ícaros, que ahora ya no son solo hombres curiosos, fascinados por la luz del sol, sino miles de asombrados pasajeros: gente como usted y como yo que consideran un derecho inalienable volar como los pájaros. En algún lugar tenían que estar los restos de aquella combustión, y mire usted por dónde estaban en las entrañas de la tierra.


No hace falta ser mitólogo (ni psicoterapeuta) para desentrañar el mensaje del eructo volcánico: ¡Tenéis problemas con la digestión del mundo ¡¿Cuántos hombres habrán usado la famosa metáfora para expresar su disposición a la conquista del poder? Desde la civilización Cretense, muchísimos, demasiados.

Cada vez que buscamos una solución al deterioro del planeta pensamos en el transporte: Es el mayor anhelo cumplido del ser humano, la libertad de movimiento, pero también es el mayor causante de problemas de toda índole; desde las invasiones bárbaras a la contaminación atmosférica. Los defensores de la regresión (a estados anteriores de progreso) como única salida a la situación actual, son conscientes de la dificultad de convencer al mundo entero para que renuncie al viaje pero, a juzgar por los acontecimientos, no nos va a quedar más remedio que plantear la maldita pregunta: ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Tampoco estaría tan mal una vida alrededor del terruño (al final van a tener razón los nacionalistas); a condición, claro está, de que todos los terruños de la tierra fuesen habitables (cuerno de África incluido, por ejemplo), y nadie necesitara huir de su parcela para sobrevivir. Tendríamos que dedicarnos, por gónadas, a lo verdaderamente importante (que todos sabemos lo que es), olvidándonos de las cerezas fuera de temporada o los interfaces cutáneos de la próxima generación de juguetitos (Sí. Ayer oí hablar, por primera vez con posibilidades de futuro, del interfaz cutáneo). Un representante de Microsoft confía en encontrar, en breve, aplicaciones comerciales a lo que puede ser la próxima revolución informática: utilizar nuestra propia piel como control remoto. Ya conocíamos cierta chaqueta con los controles del I Pod grabados en la manga: Hermenegildo Zegna ha repujado las flechitas del play, del rewind y el fastforward en el puño de uno de sus diseños impecables; pero la piel de esa prenda está muerta, mientras que la nuestra esta profusamente irrigada e inervada. No sé yo como se van a llevar nuestro sistema nervioso y su rival electrónico, ni como van a convivir los hematíes con el silicio y las dendritas a golpe de bits.

Cualquier día, y recurriendo otra vez a la tragedia-ficción, nos sale Godzilla por el cordón umbilical (tras la estela del 8º pasajero) y ahí sí que se nos va a cortar la digestión definitivamente.

viernes, 9 de abril de 2010

Gürtel


Perdonen si insisto en nuestros antepasados avícolas, pero es que cada día tengo más evidencias. Ya sé que carroñeros hay también entre los mamíferos y, probablemente, los reptiles no sean reacios a la segunda mano, es decir, a utilizar los restos que haya dejado (tras saciarse) algún otro animal.


La desclasificación del sumario Gürtel no es, ni más ni menos, que un preciso movimiento de cámara en vertical, por las patas de la mesa, hasta mostrar a los ahítos comensales que dejaron el suelo perdidito de migas: todas esas migas que se embuchó (exactamente) la clase media española entre la mitad de los años noventa y el 2007. A las palomas o a los gorriones (que, por cierto, están desapareciendo de nuestras ciudades) no les importa lo más mínimo el pantagruélico espectáculo de tanto zampabollos mientras puedan trasegar las sobras. Ni ética ni estéticamente les importa la actitud de los glotones (ahí están las encuestas preelectorales para demostrarlo). Es posible que no tengan más medios para segregar los neurotransmisores de la felicidad… que haberlos, haylos.

sábado, 3 de abril de 2010

Casualidad


Puede parecer una provocación, pero solo es una casualidad. No tengo intención de escribir sobre curas pederastas. No pienso responder a la pregunta que nos hace la iglesia católica: ¿Por qué este ensañamiento con nosotros cuando, en muchas otras instituciones, hay también esta clase de delitos? No pienso contarles como destrozaron la estabilidad sexual, y por ende sentimental, de tanta gente durante tantas generaciones. No pienso zarandearlos para que reaccionen, de una puta vez, y admitan que la castidad no es más que la prueba suprema de fuerza de voluntad, puesta en práctica desde tiempos ancestrales, para demostrar el liderazgo en las comunidades humanas. NO,


Solo quiero corroborar cuan Stonianos son Bobby Gillespie y su banda.





Como habéis podido comprobar en este magnífico Mush Up, si los ingenieros de la Decca hubiesen tenido el Loaded de la Primal Scream, aquella primavera tardía de 1968, no hubiesen necesitado la base instrumental de la pieza que habría el Banquete de pobres de los Rolling Stones.