viernes, 24 de diciembre de 2010

A cultivar tomates

En la encendida polémica sobre la propiedad intelectual, nadie menciona el que, para mí, es el aspecto más importante: El modelo de negocio del entretenimiento ya no es, ni remotamente, el que fue; y los “artistas” tendrán que admitirlo adaptándose al nuevo ( o inventándolo, mejor dicho).


En la sociedad actual, la democracia corre peligro no por falta de información y censura (como ocurría en los totalitarismos, o en el mundo pre-digital), sino por exceso y saturación de ella. La gente está indefensa ante la avalancha de imágenes, sonidos, opiniones, diatribas, y la falta absoluta de criterio para cribarlas. Esto puede sonar muy duro, pero es muy cierto: ¡Sobran artistas!, como quizás sobraban albañiles en España y en Irlanda durante los años 90.

Una gran amiga mía me hizo reír, durante mucho tiempo, con una de sus anécdotas. Durante una discusión con una chica “plastificada” mi amiga le espetó: “Eres muy mona, pero estas muy equivocada”. De la misma manera, Javier Bardem (tan mono) está muy equivocado cuando publica hoy en el diario El País, un artículo titulado El botón mágico. Sus amonestaciones a los que, supuestamente, van a dejar sin trabajo a miles de personas, se sostienen tanto como las pataletas de los ejecutivos de Hollywood contra la televisión en los años 60: nada.

El verdadero talento y la verdadera creatividad saldrán adelante sin ninguna duda; pero los miles de productos basura (películas, discos, libros, etc, etc) a los que él llama artesanía del cine y de la música, nos dejaran tranquilos de una vez para siempre. Sus artífices podrán convertirse en cultivadores de tomates o pintores de brocha gorda.

1 comentario:

krom dijo...

Exacto, sobran "artistas", sobre todo de un determinado "arte".