sábado, 17 de octubre de 2009

To be or not to be...High


Esa NO es la cuestión.
Esta mañana, después de leer uno de esos gozosos correos que te mandan los amigos celebrando la madurez (magnífico eufemismo para la cincuentena), he abierto cierta playlist en el Spotify. Allí guardo tesoros que, eran se una vez, imanes en las pistas de baile o, al menos, en las mías particulares. Hay uno, en especial, que solía provocarme esa sensación tan bien descrita por Andrew Holleran en “Dancer from the dance”: esa mezcla de fuerza y euforia que te hacía comulgar con la vida, que te hacía cómplice de aquellos que disfrutaban no solo esa síncopa, sino las melodías que salpicaban el ritmo. Es una de las obras más populares de un bajista de jazz que abrazaba el rock a comienzos de los 70: Stanley Clark, y su Lopsy lu, me hacían pensar que era presa de la psicodelia del hachís; que aquellos deliciosos estremecimientos eran producto del cannabis sativa en mis sinapsis…pero no, esa no es la cuestión: Esta mañana (25 años después del último porro) he vuelto a divertirme como loco con las diabluras de aquella banda. ¡Salud!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Algunas de las incursiones de los jazz-rockeros por el mundo de las pistas de baile fueron memorables. No consigo recordar las de Stanley Clark, pero por ahí teníamos tambien a Herbei Hancock haciendo de las suyas...

saludettes

Anónimo dijo...

'herbie'