miércoles, 14 de enero de 2009

El Caso


El periódico de sucesos El Caso no ha dejado, aparentemente, rastro digital alguno, pero en algún sitio tienen que estar los archivos de esa publicación, que unos consideran un alarde de periodismo, infravalorado, y otros el único ejemplo de tabloide amarillo (de esos que tanto proliferan en el mundo anglosajón) por estos lares.
Personalmente, recuerdo El Caso como una publicación de género (negro) que poco tenía que ver con la prensa diaria; de hecho era un semanario. Era un periódico que apelaba a los instintos irredentos del público (morbo, curiosidad malsana, inquina, etc.) para hacer su agosto; pero cumplía a la perfección los requerimientos del género y, muchas veces (como recuerdan sus defensores) suponía la única oposición a la férrea censura de la dictadura franquista: con la excusa de “los sucesos” desvelaba cosas que no podían decirse en la prensa oficial.
Con el tiempo, y la democracia, aquellos instintos reprimidos dejaron de serlo para exigir su satisfacción a escala popular, y el rectángulo listo se hizo con la patente del género negro hasta teñir gran parte de su programación: ¡ Que tiempos aquellos cuando, la conciliación entre grandes audiencias y ética, provocaba grandes debates ¡ o, por ejemplo, el divorcio definitivo de Arturo Pérez Reverte con la televisión pública (Código 1).
Ahora, en las grandes cadenas generalistas, los informativos de máxima audiencia no tienen nada que envidiarle al Caso: el 80% de la escaleta (guión) está dedicado a desgracias de gente anónima, que despierten en la gente, además de los instintos arriba citados, el sentimiento de consuelo de los tontos:” mi mísera vida es un paraíso comparado con la de es@ desgraciad@.
Probablemente, el archivo del Caso se quemara en algún incendio “fortuito”, pero sus esencias han germinado entre los editores de los telediarios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Caso, jeje, eso si que era prensa, !