miércoles, 17 de septiembre de 2008

HIPPIES III



Los convencieron de su suerte al haber sobrevivido a su osadía, y de cómo la fortuna era doble; pues no solo no habían acabado en un psiquiátrico tras los Acid Test de Kesey, Owsley &Co, sino que habían sido ungidos con la sapiencia de los iniciados. Para algunos había pruebas irrefutables, como la aparición de la muerte en Altamont, invocada por el mismísimo Luzbel, encarnado en Jagger.

O la destrucción de sus ídolos bajo el funesto vudú de las amapolas.
De modo que merecían un premio, que llegó envuelto en la flamante revolución Neo-Con: "Ahora sois jóvenes profesionales urbanos, y debéis poneros a trabajar, sin complejos, para reconstruir con creces lo que habéis estado a punto de cargaros".
El adoctrinamiento fue tal que perdieron toda noción de mesura, y ahora están a punto de perder, incluso, su propio becerro de oro. Pero esta vez, a diferencia de 1929, cuando aun no habían visto la luz interior ni escuchado al hijo de la madre naturaleza, espero que sepan recuperar algo de todo aquello y utilizar la sapiencia con la que fueron ungidos.

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