De los tres preceptos para sentirse realizado en la vida, solo cumplo uno y, hace tanto tiempo que, ya no me acuerdo. ¡En teoría soy un proyecto!, y para evitar el dolor de un proyecto frustrado, lo mejor es argumentar contra los preceptos del susodicho. Ahora bien, como no quisiera que se frustrasen los argumentos esgrimidos para evitar la frustración, voy a frustrar vuestra inquina respondiendo de antemano a la frustrante pregunta (¡Una aspirina, por favor!). Sí. Esto es purita envidia de quien ha realizado su vida a golpe de árboles, hijos y libros... Y ahora, vayamos por partes.
1º Plantar un árbol, ahora que nos hemos caído del guindo, no es tan importante como evitar que sigamos destruyendo los que ya existen, de modo que no debería figurar entre los preceptos estrella de la realización vital, sino entre las necesidades más acuciantes.
2º Tener un hijo se puede considerar incluso una afrenta a los problemas que afligen al mundo, porque de todos ellos, el que los resume y concentra es el siguiente: ¡Somos muchos!. Claro que algunos, entre los ricos, preferirán seguir satisfaciendo su afán de inmortalidad por la vía rápida, antes que buscar el sentido a la vida en cualquier otro lugar que no sea la paternidad. Y entre los pobres preferirán seguir pariendo, con tal de tener quien le ayude a sobrellevar la situación (las penas compartidas lo son menos).
3º Con respecto a los libros no necesito argumentar nada. Basta con visitar cualquier librería, o abrir algún blog como este (¡esa inquina!), para comprobar la cantidad de estupideces que se publican y comprender que el tercer precepto tampoco se sostiene.
1º Plantar un árbol, ahora que nos hemos caído del guindo, no es tan importante como evitar que sigamos destruyendo los que ya existen, de modo que no debería figurar entre los preceptos estrella de la realización vital, sino entre las necesidades más acuciantes.
2º Tener un hijo se puede considerar incluso una afrenta a los problemas que afligen al mundo, porque de todos ellos, el que los resume y concentra es el siguiente: ¡Somos muchos!. Claro que algunos, entre los ricos, preferirán seguir satisfaciendo su afán de inmortalidad por la vía rápida, antes que buscar el sentido a la vida en cualquier otro lugar que no sea la paternidad. Y entre los pobres preferirán seguir pariendo, con tal de tener quien le ayude a sobrellevar la situación (las penas compartidas lo son menos).
3º Con respecto a los libros no necesito argumentar nada. Basta con visitar cualquier librería, o abrir algún blog como este (¡esa inquina!), para comprobar la cantidad de estupideces que se publican y comprender que el tercer precepto tampoco se sostiene.
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